En el contexto actual de la agricultura europea, la detección del hongo Phyllosticta citricarpa, causante de la mancha negra de los cítricos, se ha convertido en un tema crítico. En lo que va del año, la Unión Europea ha interceptado un total de 26 cargamentos de cítricos provenientes de Sudáfrica que presentaban esta plaga de cuarentena, incluyendo siete nuevas detecciones solo en septiembre. Estas cifras alarmantes han llevado a diversas organizaciones del sector agrícola, como AVA-ASAJA, a exigir medidas más estrictas respecto a las importaciones de cítricos desde este país.
La mancha negra es una enfermedad que puede provocar pérdidas millonarias al sector citrícola europeo si se introdujera en su territorio. Las organizaciones agrícolas han señalado la incapacidad de Sudáfrica para cumplir con las normas de seguridad fitosanitaria de la Unión Europea y ha instado a cerrar las fronteras a las importaciones de cítricos de este país. Argumentan que es inaceptable que Sudáfrica, además de no asegurar envíos libres de plagas, haya denunciado las medidas de control europeas ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Las últimas cifras indican que en los puntos de entrada europeos se han detectado cargamentos con mancha negra en naranjas, limones y mandarinas provenientes de Sudáfrica, lo que ha generado una creciente preocupación entre los productores locales. A estas detecciones se suman interceptaciones de naranjas infestadas provenientes de Zimbabwe, lo que resalta la necesidad de un control riguroso y eficaz de las importaciones agrarias.
No solo Sudáfrica está en el punto de mira. Brasil ha registrado 64 interceptaciones de plagas y enfermedades, incluidos los hongos Elsinoë y el cancro bacteriano de los cítricos (Xanthomonas citri). Otros países, como Egipto, Uruguay, Colombia y China, también han sido responsables de detecciones de plagas en sus exportaciones a la UE, lo que añade más presión sobre el sistema fitosanitario europeo.
La situación actual exige una respuesta contundente por parte de las autoridades europeas, con el fin de salvaguardar la salud del sector citrícola y la seguridad alimentaria de los ciudadanos. La agricultura europea se enfrenta a un desafío significativo, y es fundamental que se tomen decisiones basadas en la protección de los cultivos y el bienestar de la industria agrícola local.
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